Una pulsera de actividad es un rastreador de actividad con una serie de aplicaciones y funciones que rastrea y mide señales relacionadas con nuestra actividad física: distancia recorrida al caminar o correr, número de pasos dados en un día, calorías quemadas y, para algunos, frecuencia cardíaca y calidad del sueño, algunos también integran un GPS.
En la mayoría de los casos, estos dispositivos se sincronizan con un teléfono inteligente de forma inalámbrica. Los datos recogidos se presentan de forma atractiva con una dimensión divertida (retos a superar) y social (posibilidad de compartir sus resultados con otros usuarios).
Este concepto de seguimiento de la actividad física nació en el mundo del deporte. Ya a principios de la década de 1980, los atletas usaban monitores de frecuencia cardíaca. Luego, en la década de 1990, aparecieron los primeros relojes, destinados a ciclistas, que medían la velocidad, la distancia recorrida, la velocidad media, etc. Durante la siguiente década, los dispositivos de entrenamiento utilizados en los gimnasios comenzaron a incorporar sensores, incluidos sensores de frecuencia cardíaca.